Consejos para convivir en pareja
Ya hemos insistido en otros post sobre la importancia de ceder en una relación de pareja, desde el momento en que luego de un deslumbrante primer avistamiento, un acercamiento romántico, una relación de noviazgo a un compromiso y luego un matrimonio, si te detienes a pensarlo habrás cedido en algunas cosas, de lo contrario él habría huido y si fuera el caso contrario tu estarías en cualquier lugar menos preparando una boda con él.
Pero ceder es una palabra que no implica renunciar a nada, hay momentos en que hay que dejar de lado algunas cosas para lograr la felicidad mutua, ceder es una forma de convivir exitosa en pareja, siempre y cuando ceder no se convierta en un hábito nocivo en que sólo tú o sólo él cedan siempre, ceder implica encontrar un equilibrio en que ambos sean felices. Y dicho esto también debemos abordar que negociar, es vital a la hora de trazar planes inmediatos y a largo plazo, si has decidido vivir en pareja o casarte, atiende a lo siguiente porque sino la vida juntos será todo, menos agradable.
Hay que determinar lo que ambos quieren, ya sea las compras de casa, las vacaciones que tomarán, la forma en que criarán a su familia y cómo manejarán el dinero de la familia, hay que negociar, tal como lo harías con alguien más para obtener un acuerdo conveniente para ambos, así debes hacerlo con tu pareja. Hay que ser para ello, flexibles, hay que pensar qué es lo que debe hacer cada quien y qué se espera de cada uno, hay que ser flexibles para lograr que ambos puedan ocuparse de aquello que puedan hacer, sin recargar a otro de todo. Luego de ser flexibles hay que llegar a un acuerdo, y tal como lo harías con cualquier otra persona, tú como él mantendrán en firme lo que se comprometan a hacer. Y si algo falla, retomar la comprensión, no hay que echarse culpas que crean resentimientos y arruinan relaciones, hay que ser conciliadores, sentarse a hablar y aclarar los puntos, no dejar que la ira invada los problemas y negociar siempre negociar.
Si él ha fallado encontrarán la forma en que no vuelva a fallar, y si él es incapaz de ocuparse de algo, la negociación implica que quizá eso no pueda hacer pero otra cosa hará. Y lo de negociar también se extiende a las relaciones amistosas que cada quien quiera tener, a la forma en que disfrutarán su tiempo individual, a las cosas que cada uno aportará. La vida en pareja no es complicada, la hacemos ¡complicada! cuando pensamos que debemos uno dirigir y otro dejarse dirigir y que nos negamos a tomar el asunto de la convivencia como una empresa (aunque más divertida que cualquier otra) en que ambos queremos lograr mismos objetivos: amar y estar juntos, y para ello debemos como en cualquier proyecto, negociar siempre.