Construir un matrimonio muchas veces podría considerarse una tarea fácil, basada solamente en los sentimientos de dos personas que se aman. Aunque es cierto, el amor es básico, después de todo ¿sin él para que se unirían y construirían una vida en común? también es cierto que ya en medio de la convivencia se necesitan más cosas para que el amor llegue a buen puerto, eso es convertirse en un sentimiento fuerte y duradero.
Los requisitos básicos para un buen matrimonio, quizá si los hay se asientan sobre aquellos sentimientos que le damos no solo aquella persona a la que amamos, sino a la gente que nos es querida e importante, porque sobre ellos se construyen relaciones sanas y fuerte y por qué no el verdadero amor.
El amor se da por sentada, por él se han unido y realizado un matrimonio, pero el amor requiere gestos y detalles, no es un estado de eterno embeleso pero es un sentimiento que permite a los miembros de la pareja sentirse amados y amar con total entrega. También es importante la honestidad, porque sin ella la confianza se resquebraja y donde no hay confianza no puede construirse nada, sin honestidad no se hace carrera en la vida, no se triunfa en los trabajos, no se conservan amistades y lógicamente no se logran matrimonios.
El compañerismo es inherente a la relación de pareja, luego de compartir sueños y realizaciones, cada uno está más que dispuesto a ser el compañero que el otro necesita en la alegría como en la tristeza, en las buenas y en las malas como un día prometieron. Confiar es la base de las relaciones y en el matrimonio es algo vital, se confian cosas y se confian esperanzas, no hay en la pareja un punto donde no puedan lograr todo lo que anhelan sostenidos por la confianza mutua.
El sexo es parte de la relación, igual que los sentimientos contribuye a la realización de la pareja. Cuando la pasión de los primeros tiempos ha dado lugar a la calma es importante que ambos se involucren en el tema y mantengan el interés sexual el uno en el otro. Hay que discutir que es saludable, sin herir a nadie y sin recurrir a la agresión verbal o física, el no estar de acuerdo es parte de sus propias individualidades y un matrimonio demanda, discusión de los temas que les competen y solución conjunta de las cosas que les preocupan.
Contemplado esto es fácil luchar contra los avatares de nuestras sociedades, la infidelidad y la desconfianza, la rutina y la violencia doméstica. No olvides poner cada día una gota de paciencia y un poco de amor en todo lo que atañe al matrimonio y pensar que como todo, habrán días buenos y días no tantos pero que todo tiende a solucionarse si se toman en cuenta estos requisitos básicos para lograr un buen matrimonio.